Bioprotegens Innovations SpA es la primera Empresa de Base Tecnológica Universitaria (EBTU) nacida en la Universidad de Concepción y que licenció un bioestimulante que promueve el crecimiento de los cultivos, reduciendo el uso de fertilizantes y disminuyendo las pérdidas causadas por hongos.
Y en este contexto fue destacado el académico del Departamento de Producción Vegetal, Dr. Ernesto Moya Elizondo, con el premio Ciencia con Impacto 2021, que entrega la casa de estudios a las y los investigadores UdeC que han contribuido a transformar el conocimiento nacido en los laboratorios en soluciones que benefician a toda la sociedad.
La innovación
La innovación desarrollada por los profesionales fue la formulación a partir de dos bacterias con propiedades antifúngicas. El compuesto, denominado MaxGrowth, fue probado en ensayos de campo con cultivos de lechuga, papa, trigo y frutillas y en diciembre de 2019, y se realizó una solicitud de patente, logrando posteriormente ser licenciada.
De acuerdo a lo manifestado por el académico, los principales beneficios del producto son la disminución de costos para los productores, pues aumenta el rendimiento en un 35%, con un menor uso de fertilizantes químicos, mientras disminuye las enfermedades en un 50%, lo que se traduce en un menor número de aplicaciones de fungicidas.
-¿Cómo fue la experiencia de crear una empresa?
-Fue un desafío porque en realidad no teníamos ninguna experiencia al respecto, por suerte una de las socias es abogado de la empresa, así que ella nos gestionó todos los documentos y trámites necesarios, pero en realidad con el apoyo de la OTL y de Incuba UdeC, el proceso de creación fue fácil, aunque lo hicimos en un período bien complejo, porque fue justo para el estallido social y luego vino la pandemia. Entonces ha sido desafiante
– ¿Qué lecciones y consejos entregaría tras formalizarse?
-Creo que primero hay que atreverse, no hay que darle muchas vueltas, sino que hacer las averiguaciones y tratar de contactar personas y generar redes que te puedan apoyar, en el caso de los que trabajamos en la Universidad tenemos la OTL e Incuba UdeC, que ofrecen mucha orientación al respecto, pero más que nada es atreverse a dar el paso.
Y cuando ya creamos la empresa, luego nos empezaron a llamar entidades internacionales interesados en el producto y te das cuenta que las cosas que estás realizando de innovación e investigación en la UdeC tienen un tremendo valor, entonces creo que el haber dado el paso desde la academia a lo empresarial, ha permitido valorizar de mejor forma las cosas que estamos realizando.